Gracias a gamespresso tenemos otro fragmento de la entrevista que Eiji Aonuma ha concedido a la revista británica EDGE en la que ha hablado sobre Breath of the Wild. El nuevo juego de la saga ha ido sufriendo sucesivos retrasos, y aunque Miyamoto y Aonuma en el E3 hablaron de que la dificultad de implementar el motor de las físicas era el principal motivo de los aplazamientos, hubo también demoras debido a problemas de coordinación entre él y los equipos de trabajo.
Durante el desarrollo, se marcan unos hitos o metas de lo que debe hacer el equipo. Aonuma jugaba esa parte del juego, les hacía comentarios a los desarrolladores con consejos sobre la dirección que tenían que tomar.
En uno de esos hitos, el juego era fantástico, había muchos elementos extraordinarios. Pero en el siguiente hito, todo eso se había perdido.
¿Cómo se malograba el buen trabajo del equipo de Breath of the Wild? Aonuma se culpa por no haber sido suficientemente claro con sus comentarios.
Les hacía un montón de comentarios sobre lo que necesitaban añadir, pero nunca les dije lo que pensaba que era bueno del juego en ese hito. Así que añadían lo que yo recomendaba, pero también incorporaban otros elementos que pensaban que podrían funcionar bien – y eso acababa estropeando todas las cosas buenas de anteriores versiones.
Aonuma se centró en lo que no funcionaba, y en lo que faltaba en el juego, pero se descuidó a la hora de aprobar a su equipo por las cosas que habían hecho bien, lo que creaba confusión sobre lo que había que quitar y lo que había que poner.
Aprendí que, cuando algo es bueno, tengo que decirlo. Si lo hubiese gestionado así, seguramente el desarrollo no se hubiera retardado tanto.
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