A pocos días de su puesta a la venta, ya se conoce la clasificación por edades de Breath of the Wild. Cada región tiene un organismo clasificador diferente: en Japón se trata de Cero (Computer Entertainment Rating Organization), en norteamerica es ESRB (Entertainment Sotware Rating Board), en Europa tenemos PEGI (Pan European Game Information) y hay otros países con su propio comité, como Australia o el Reino Unido. Cada una de estas agencias clasificadoras tiene unos criterios parecidos pero no exactamente iguales, así que aunque los resultados son muy similares, hay ciertas diferencias.
Dependiendo del país, el juego está clasificado para 10 años o más o para 12 años, una diferencia insignificante que demuestra los sistemas distintos para clasificar los juegos.
En la carátula japonesa del juego encontramos el símbolo que indica violencia (al fin y al cabo, es un juego en el que hay que matar enemigos, aunque sea en un mundo de fantasía) y otro que simboliza el sexo. Sin embargo, en Japón más que representar sexo explícito, esta simbología marca que hay temas que pueden considerarse insinuación sexual, por ejemplo besos, abrazos o mención a relaciones de pareja. En la página americana de ESRB habla de estos temas sugerentes poniendo como ejemplo el exagerado escote y los enormes pechos de algunas hadas, o diálogos como “¿Puedo ver a un chachas como tú disparar el arco de nuevo?”.
Respecto al uso de drogas, concretamente alcohol, durante el juego una vendedora le dice a Link que solo sirve “bebidas que son definitivamente solo para adultos”, y los jugadores pueden encontrarse con un personaje borracho que ocasionalmente tiene hipo.
En resumen, el juego contiene tanto sexo como drogas, pero a un nivel aceptable para niños y niñas de 10-12 años, nada para alarmarse ni que signifique un cambio en la filosofía de The Legend of Zelda.
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