La estrella de la lucha libre americana (wrestling) John Cena ha concedido una entrevista a la revista deportiva Sports Ilustrated en la que habla entre otras cosas, de su infancia jugando a la NES y a The Legend of Zelda, y a la nueva Nintendo Switch y la última entrega de la saga, Breath of the Wild.
Fui un niño de la Nintendo Entertaintment System, la NES original. Ese interfaz gráfico de 8 bits ha pasado la prueba del tiempo, y ahora ves muchos diseños actuales en estilo 8 bits. Crecí con los ocho juegos originales de Nintendo: Mario Bros., Donkey Kong, luego Super Mario Bros., Ice Climber, Urban Champion, Gyromite con el robot. Crecí con todo eso.
Confiesa que su juego favorito era Super Tecmo Bowl, y que le encantaba Baseball Stars. Lo que más le atraía era que se podía llegar en los juegos tan lejos como se quisiera, leyendo las instrucciones, o la revista Nintendo Power, antes de todos los trucos disponibles en Internet. Había que decicarle muchas horas a juegos como Punch-Out, Contra, Kung-Fu o Metal Gear. En ese sentido, cree que eso se ha conseguido de nuevo con la Nintendo Switch.
John Cena habla de la versatilidad de auténtica portabilidad de la Switch (nada de necesitar una mochila para llevar la consola a otro lado), y de que el mando responde igual de bien jugando en la TV que en modo portátil. La pantalla de Switch, dice Cena, es suficientemente grande para jugar, pero suficientemente pequeña para poder llevarse a cualquier sitio.
El luchador profesional forma parte de una campaña publicitaria de Nintendo Switch en la que viaje por rincones remotos de Estados Unidos jugando a la nueva consola de la Gran N, lo que le ha permitido probar el último juego de Zelda.
He jugado a Breath of the Wild. No había jugado a Zelda desde los cartuchos dorados de las versiones de 8 bits, así que tuve que empezar de nuevo. La posibilidad de ir a cualquier parte en el juego es increíble, y se que los fans se van a volver locos. Todo el mundo especula de lo bueno que es el juego: va a superar las expectativas, y para un tío como yo de 40 años que no ha jugado a Zelda desde el cartucho dorado, me ha enganchado. En cuestión de media hora, no quería volver a soltarlo.
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