Cuando Miyamoto probó por primera vez Breath of the Wild no dejaba de trepar árboles

Cuando Miyamoto probó por primera vez Breath of the Wild no dejaba de trepar árboles

Cuando todavía estaban pensando en el próximo gran The Legend of Zelda, Miyamoto y Aonuma preguntaron a sus directores acerca de qué es lo que podían hacer con este próximo The Legend of Zelda, hoy conocido como Breath of the Wild.

La respuesta del director Hidemaro Fujibayashi, ni corta ni perezosa fue un rotundo: puedes hacer lo que quieras. Esta respuesta tan rotunda fue realizada durante una entrevista en San Francisco. Con una respuesta tan rotunda comenzaron a pensar en cómo llevar a cabo esta libertad, por lo que llegaron a la conclusión que se conseguía dejando escalar a Link sobre cualquier muro.

Esta habilidad que es más que visible en Breath of the Wild se presentó primero en un prototipo del juego, donde Link campaba en una zona arbolada en busca de unas rupias que, según el propio Fujibayashi, las pusieron para que Miyamoto y Aonuma trataran de encontrarlas. Fue en ese momento cuando el Director de The Legend of Zelda: Breath of the Wild se lo mostró tanto a Miyamoto como al productor de la saga Zelda.

Pusimos rupias en la parte superior de los árboles para que pensaran en ello -en el hecho de poder trepar muros-, pero no se lo dije. Simplemente les dije, aquí tienen el juego, jueguen. Así que lo primero que hizo Miyamoto fue comenzar a trepar árboles y es cuando entendió cómo podía llevarse a cabo fuera de ese pequeño nivel arbolado.

Hidemaro Fujibayashi tan solo esperó revisando cada movimiento de Miyamoto, quien según el propio director del juego, éste no dejó de trepar y trepar árboles.

Cuando se lo presentamos por primera vez a Miyamoto, pasó cerca de una hora simplemente trepando árboles. Dejamos pequeños regalos como rupias en los árboles, pero también dejamos otras cosas en otros lugares que pensamos que podría ir. Pero él seguía escalando árboles. De arriba a abajo. Y así llegamos al punto de decirle, “¿Quieres mirar otras cosas?” Pero él siguió trepando árboles. Una vez que salió del Santuario de la Vida, pasó una hora dentro de un radio de 25-50 metros fuera de la cueva y sólo trepando árboles.

Con tanta diversión trepando y escalando árboles, rápidamente vieron que simplemente escalar podía ser tan divertido como galopar a lomos de un caballo o atacar a monstruos. De esta forma, el siguiente paso natural fue unir ciertos elementos como el hecho de deslizarse, la fuerza magnética o la misma escalada combinándolas para crear momentos únicos. Un ejemplo claro puede ser la forma de deslizarse ladera abajo una vez pierdes vigor.

A medida que subes a los árboles usas resistencia y una vez que te quedas sin ella, en vez de caer comienzas a deslizarte hacia abajo sobre ella. Incluso eso proporciona otra forma de diversión. Nos dimos cuenta que era mejor mirar lo que teníamos para agregar después las ideas en vez de tratar de construirlas desde cero. Nos dimos cuenta de que hay muchas formas de jugar escondido dentro del mundo que construimos.

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