Bailando con Bokos (Bokoblins)

Bailando con Bokos (Bokoblins)

Seguro que muchos de los fans de la saga The Legend of Zelda le hemos dedicado parte de nuestras horas de juego a admirar la hermosa naturaleza que ofrece Breath of the Wild, llena de vida gracias al gran esfuerzo del equipo de desarrolladores de Nintendo. Bien sabemos que los enemigos nos atacan al vernos, o que los animales huyen al detectar nuestra presencia, pero, ¿nos hemos parado a ver su comportamiento incluso cuando Link no interactúa con ellos? En este apartado profundizaremos en el enemigo más común y a la vez más variopinto del juego, los Bokoblins.

Diseño gráfico de los Bokoblins en sus diferentes niveles de poder según su color

Los Bokoblins tuvieron su primera aparición en The Wind Waker, y su diseño ha ido variando en cada entrega tridimensional posterior hasta hoy día con Breath of the Wild. En esta última entrega, lo más llamativo de estas criaturas es la gran cantidad de actitudes que pueden adoptar dependiendo de la hora del día, del entorno que les rodea o la manera de combatir contra Link.

• Al amanecer y despertarse, celebrar con la danza de la alegría el trozo de carne a la brasa que aún tienen en la fogata del campamento para desayunar.
• Hablar con sus compañeros en su idioma y reírse entre ellos.

Seguro que este Bokoblin le acaba de contar un buen chiste a su amigo Moblin

• Recoger y lanzar cualquier cosa que tenga cerca (como una piedra) si no tiene a mano un arma.
• Ser lanzado contra su voluntad por un compañero Moblin si éste tampoco precisa de un arma a mano.

Sin duda esta muestra (o falta) de compañerismo nos ha hecho reír a más de un jugador

• Perseguir a un pájaro con la esperanza de cazarlo al tiro de una flecha, para luego verle entristecido por su mala puntería.
• Quemar intencionadamente su arma de madera para luchar con mayor potencia de ataque.
• Huir gritando de las abejas y los rayos.
• Patear una bomba como si se tratara de un balón de futbol.
• Empujar a un Bokoblin atónito con el fin de robar el arma que su compañero ha dejado caer.
• Acechar y cazar a la diferente fauna en todas sus formas y tamaños—incluyendo lanzar flechas de fuego a un jabalí y propagar un incendio accidentalmente por toda la hierba.
• Recostarse sobre su barriga detrás de rocas para emboscar a viajeros.
• Rascarse el trasero, luego el axila, oler el resultado y comérselo.
• Tiene un sonido específico para cuando se hurga la nariz.

Ya en The Wind Waker podíamos robarles el arma al tumbarles y tenían que recurrir a sus propios puños o con patadas para atacarnos. En Breath of the Wild podremos recoger las armas que han dejado reposar los Bokoblins mientras están distraídos en los campamentos, lo que hará que si se te ven, se pondrán enojados a gritar y escarbar en el suelo para agarrar una piedra y usarla como proyectil contra nosotros.

Este Bokoblin nos señala con el dedo acusándonos de ladrón por robar su maza favorita

Por otra parte, hay que reconocer que la cantidad de bestiario es menor, en proporción a otras entregas de The Legend of Zelda. Puede que se deba al increíble y difícil tratamiento que el equipo de desarrollo le ha dedicado a todos los recursos posibles para que todo el ecosistema del juego se muestre tan vivo y natural, limitando en parte la variedad de enemigos pero con el fin de que resulten realistas y con personalidad propia, como cabría esperar de Breath of the Wild porque hace gran énfasis en esta faceta del mundo libre e interactivo.

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