The Legend of Zelda: Breath of the Wild salió al mercado bajo el concepto de un amplio mundo, pero Skyrim también apareció con su mundo abierto para el catálogo de Nintendo Switch en 2017.
Nintendo echó un ojo al título de Bethesda a la hora de gestar The Legend of Zelda: Breath of the Wild. No quisieron utilizar ningún elemento de ese juego, pues el fin no era otro que investigar Skyrim y hallar nuevas ideas.
GameSpot realizó una entrevista a Eiji Aonuma, y él dijo lo siguiente al respecto:
No es que no juegue a videojuegos, ya que dije hace un tiempo que había jugado a Skyrim. Pero no lo hicimos pensando “¿Qué deberíamos coger de este juego?”, más bien como “¿Qué es lo que el juego ofrece y cómo podemos prepararnos para hacer algo de este calibre?”.
Y entonces pensamos en el número de personas que necesitaríamos para examinar el juego. A partir de ahí, anotábamos datos y los incorporábamos en Breath of the Wild, y después veíamos qué funcionaba y qué no.
Por otro lado, en la misma entrevista, el productor Hidemaro Fujibayashi comenta que no juega muchos videojuegos y que para Nintendo era esencial entender el concepto de mundo abierto si querían hacer un juego que cumpliese con esllo como principal cualidad:
No suelo jugar muchos otros juegos. Por supuesto, estoy bien informado sobre lo que pasa en ellos. La idea era acabar con un gran mundo abierto y por ello principalmente le dimos énfasis a esa virtud desde su prototipo. Si queríamos acabar con un mundo abierto, teníamos que fijarnos en ese tipo de juegos.
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