Con todo lo bueno o malo que pueda ser, las horas de apertura de cualquier videojuego para un jugador ayudan a asentar el tono del juego para el resto de la aventura. Algunos juegos enganchan desde el principio, mientras que otros se lo toman tranquilamente conforme profundizas en ellos. Este enfoque no es un factor decisivo que te definirá el juego, ni mucho menos, pero se corre el riesgo de perder a un jugador antes de que llegue a lo bueno, a la guinda del pastel.
Los juegos de The Legend of Zelda en particular han abarcado diversas formas de empezar la aventura a lo largo de las décadas, con el juego original de NES, A Link to the Past y Breath of the Wild siendo ejemplos claros en términos de dejar a Link tirado en plena acción. Sin contar los primeros minutos de cada uno de estos juegos, nuestro héroe ya esta a mamporro limpio contra enemigos o explorando el mundo.
Aunque la Meseta de los Albores es un tutorial, te da una libertad inicial sólo comparada con The Legend of Zelda de NES.
Dicho esto, durante la era de GameCube y Wii, la serie empezó a ser más progresiva y entusiasta con el concepto de “a fuego lento”. Juegos como Wind Waker, Twilight Princess y Skyward Sword se centran en los inicios humildes hylianos, dándole mayor prioridad que el emprender una gran aventura. Visitando a la Abuela de Link, pescando para alimentar al gato del vecino o rescatar al Pelícaro puede sonar en comparativa como un inicio flojo, pero tiene su encanto el empezar así porque te da un mejor contexto que el de sus otras entregas. Experimentar una parte de la vida mundana de la existencia de Link en el comienzo te pone de lleno en la perspectiva; este es un chico que de repente es tirado a un mundo apocalíptico lleno de monstruos y desafíos.
Aunque hay que decir que ambas formas de abarcar el inicio del juego cumplen con su cometido. No puedo imaginarme una versión de A Link to the Past en la que se empiece sin Link llevando la espada al Castillo de Hyrule en una noche lluviosa, así como no puedo imaginarme una versión de Twilight Princess en la que no se empiece sin ser nuestro héroe pastor de cabras… aunque nos pese. Como resultado de esto, no se realmente con que estilo me quedo. Hay que decir que los inicios lentos como el de The Wind Waker me encanta, pero en cambio el de Twilight Princess se me hace demasiado lento, y los otros, pues a veces me apetece eso de pasar de toda la historia y meterme al turrón de lleno, pues vengo “sólo a jugar un juego”.
Twilight Princess tiene la fama de ser de los comienzos más lentos de la saga,… fama que le ha costado algún que otro detractor que no paso de su inicio por ese motivo.
Y con tanto hablar de los comienzo, el debate sólo acaba de iniciar… ¿Qué opinas de todo esto? ¿Cómo prefieres empezar un juego de Zelda? ¿Eres más de empezar directo a la aventura? ¿O prefieres un poco de calma antes de la tormenta? ¿El nuevo Zelda cómo debería empezar? ¡Déjanos tu opinión en la caja de comentarios!
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